El movimiento mágico del Yoga

¿No es una pasada que con unas cuantas acciones, unos cuántos movimientos, bien combinados, el contenido mental varíe tanto, la energía fluya en una dirección completamente más ligera y hermosa y todo se cubra de un sabor a lo inmortal dentro de nosotros de una forma clara? Es el movimiento mágico del Yoga. 35 minutos y todo cambia.
Es diferente y mejor.

Deseo que te guste practicar conmigo y que puedas sentir estas mágicas sensaciones. Para mi es de estas clases que dices: jo, esto del Yoga mola mucho!

Disfrute, movimiento, y un vacío completamente lleno de reveladora y dulce presencia.
Solo hay un objetivo: tocar lo eterno de nosotros, lleno de humor y cariño. Abrazo y respeto.
Claridad y sencillez, desde el primer OM.

Esta clase es una de las Rutinas del Curso de Yoga llamada ‘Movimiento’
¡Disfrútala mucho!

El latido del OM

Me encanta notar como desde el primer OM todo cambia dentro de nosotros. Te sientas, juntas las manos y notas el contacto de las nalgas, de las palmas entre sí y del aire rozando las fosas nasales. Ahí ocurre el primer cambio: vamos de fuera a dentro. Incluso aunque no quisiéramos, el llevar la atención a esos ‘toques’, nos revela el mundo de lo eterno.

Pero vamos más allá y hacemos 3 OM. Y ahí, querido Sadhaka, es cuando todo cambia.
La vibración comienza a penetrar a fondo y sale a la luz el alma. Casi podemos tocarla. Atrápala. Atrápala amigo Sadhaka porque en ella se encuentra la verdad.

Después un silencio. Una quietud. El cuerpo ha vibrado y está listo para comenzar. La mente ha vibrado y está deseosa de practicar.

La práctica hoy no es dura. Buscamos el movimiento. La ligereza espontánea de las posturas. Convirtiéndolas en Asanas brillantes.

Giramos en Parsva Svastikasana para comenzar ese movimiento. Adho Mukha Svanasana, nos ponemos de pie, y repetimos las torsiones.

Utthita Trikonasana y la mente y el cuerpo piden saltar, volar. Enlazamos Virabhadrasana II. Quizá se nos van un poco los grados de el ángulo tibia-femur. Pero lo arreglamos. Nos miramos de reojo y continuamos, con la sonrisa en la cara que revela que, aunque no estemos en la perfección absoluta, la rozamos para atrapar la perfección del momento presente que nos impulsa a lo místico.

No hay vuelta atrás, Savasana ya se ve como un éxito. Estos Savasana que (no se lo cuentas a nadie) pero no sabes si estás tocando el suelo o ya te has separado unos centímetros del el, jeje.

Pero antes giramos. Giramos con intensidad con Ardha Matsyendrasana y luego con Parivrtta Parsvakonasana, que nos da una libertad especial en esa musculatura profunda de la espalda.

Uttanasana, en ella está la clave. Soltamos la cabeza y, con el trabajo previo de trampolín, nos dirigimos al dulce Savasana.

Y vuelve a nosotros la pregunta, ¿No es una pasada que con unas cuantas acciones, unos cuántos movimientos, bien combinados, el contenido mental varíe tanto, la energía fluya en una dirección completamente más ligera y hermosa y todo se cubra de un sabor a lo inmortal dentro de nosotros de una forma clara?

¡Permanece ahí, oh Sadhaka, brillando en las puertas de lo eterno!

¡Te veo en la Sala de Práctica!