¿Quién eres después de la práctica?
La pregunta de Yoga que nos hacemos todos
Hola, Sadakas, ¿qué tal? Claudia, una alumna del curso de Yoga para gente normal, nos ha hecho una pregunta muy, muy interesante, fijaos.
Dice:
“Hola, Jorge, ¿por qué algunas veces siento que no soy yo después de una práctica de Yoga intensa? Bueno, realmente, a veces, también me pasa cuando no es muy intensa, pero que sí que la hago con mucha consciencia. ¿Qué me puedes decir al respecto?”
El fenómeno de ir hacia dentro
Es superinteresante, yo creo que nos pasa a todos, notar ese sabor del Yoga, ¿no? Creo que es algo precioso, que nos pasa a muchos practicantes, y justo lo que dice, a veces cuando se hace una práctica intensa, como que se mueve mucho el cuerpo, y está todo como más removido, pero realmente, si estás atento y te metes a fondo en una postura, puede pasar incluso con una postura sencilla.
Puede suceder en cualquier momento
A veces pasa cuando hacemos una secuencia sencilla en la que hacemos:
- Una postura de pie
- Luego una torsión, incluso en silla
- Y luego hacemos una pequeña vinyasa
Puede pasar en cualquier momento. Notas que no eres tú o que eres más tú.
La explicación: más allá de lo físico
Por eso digo que es algo precioso. Es verdad que el sistema nervioso entra en estados profundos, por darle como una explicación más física. Y temporalmente es como si, y esto ya es más sutil y más profundo, como si apagases tu personalidad habitual.
El corte de patrones
Es como cortar tus patrones de pensamiento habituales y entrar en un estado más real. Y ese es el tema. El sabor del Yoga, el sabor de la presencia.
Una postura sencilla y te cuelas en la presencia. Y yo creo que ese es el tercer Yoga Sutra de Patanjali, cuando dice, entonces el que ve mora en su propio y auténtico esplendor.
El acceso a tu yo real
Luego, si dirigimos la práctica con esa intención, una práctica intensa o una práctica sencilla, y nos colamos por donde nos lleva el asana para sentir la presencia, para notar nuestro yo real, ese que no se llama Jorge, en mi caso, o como te llames, pero no te llamas así, y la postura te abre las puertas de ese estado de presencia.
Ese sabor del Yoga.
El gran reto: mantener la presencia
Y el reto, ¿en qué está? En intentar mantener ese estado de presencia que nos ha dado:
- La práctica de Yoga
- La práctica de la meditación
- La práctica incluso de una caminata consciente, una práctica meditativa como caminando
Da igual, el reto es:
Las preguntas esenciales
- ¿Cuánto podemos quedarnos en esa presencia?
- ¿Cuánto podemos luego trasladar esa presencia que hemos desarrollado en ese momento a otros momentos de nuestro día?
- ¿Y cuánto nos reconocemos en ese estado como nuestro yo real, nuestro yo profundo?
¿Lo más terrenal del Yoga?
Puede parecer incluso muy esotérico, pero creo que es lo más con los pies en la tierra que se puede notar el Yoga.
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