Micro-formación #02:
El amor, sobre la técnica


El Yoga y su práctica deben ser útiles.

Deben cubrir nuestras expectativas iniciales. Y debe cubrirlas siempre, porque a veces, tras años de práctica, olvidamos por qué practicamos.

Podemos dudar sobre si estamos en la dirección correcta. Eso está bien.

Reflexionar sobre la transformación que tiene en nosotros el Yoga y nuestra evolución es la clave: la evolución no puede ser física, ni psicológica. La evolución es interna a nivel energético y espiritual.

Y tanto es así que ni siquiera tendremos interés en decirle a nadie cuánto hemos avanzado.

Ni harán falta signos externos de quienes somos.

¿Cómo notamos la evolución?

La evolución cambia nuestra manera de relacionarnos con los demás y con el mundo que nos rodea.

Es sencillo: si somos sinceros con nosotros mismos.

La técnica en Yoga es necesaria, útil, nos ayuda, nos acompaña y nos permite avanzar. Sí. Pero el sentido en el que avanzamos de verdad recuerda que debe ser a nivel interno.

Y el único avance interno que podemos hacer es en amor. En ocasiones con otros nombres. Ponle el que quieras. Pero finalmente siempre es amor.

Así, podemos saber cuánto avanzamos por la senda del Yoga si a nuestro avance técnico le sigue un avance de amor.

Como ves, es muy sencillo ver si estamos trabajando en Yoga a nivel profundo o si solo se queda en lo superficial.

El dominio técnico del Yoga da una falsa sensación de avance en otras áreas. Esto es así porque te empodera. Te permite acceder a herramientas que antes ni siquiera sabías que existían. Y te llena de gracia.

¿Es importante la técnica? Mucho.

Es fácil avanzar en ese camino. Horas. Técnica. Más horas. Análisis. Mola, si que mola. Pero un rato, luego tiende a ser entretenido, porque es infinito.

Para mí, entretenido, me sabe a poco.

Además, hay algo que no se suele decir porque queda como mal, pero ahí voy: una vez dominados los principios básicos de la técnica, ya está.

Estos principios te permiten avanzar hacía el ser interior dentro de un Asana pero, como te despistes solo con lo de fuera, el sentido del viaje puede cambiar.

¿Cómo ir hacia dentro entonces?

Es tan sencillo que abruma:

  • Dominio de los principios básicos de la parte anatómica
  • Saber cómo trabajan las 3 fases de las posturas
  • Entender cómo estos puntos anteriores se relacionan con Rajas, Tamas y Satvas.
  • Poner la intención en el descubrimiento de lo que no tiene nombre

La mecánica tiene que ser el soporte de lo emocional y espiritual. Y nunca al contrario.

Así que la cuestión es la siguiente: ¿con qué parte de la postura te conectas?
Si estás solo en las sutilezas mecánicas no avanzas en lo espiritual.

Si te imaginas que suceden cosas, no avanzas en lo espiritual.

Si quieres ver luces de colores, no avanzas en lo espiritual.

El amor es tan sencillo y callado que no hace falta decir más.

¿Tienes la sensación de nunca alcanzar aquello que se nos ha propuesto?

¿Y si la magia ya estuviese sucediendo?

El amor, debe ir por encima de la técnica. De la mano de está. Pero nunca por detrás.

¿Algo de técnica?

1. Entender Tadasana y aplicarlo a todas las posturas es la entrada a las claves anatómicas, algo de lo profundo y algo de lo sutil.

2. Entender las Gunas abre la puerta a la esencia de la naturaleza.

3. Caminar en el Yoga en busca de la esencia de la naturaleza tiene el potencial de cambiar el mundo entero. Pero empezamos con nuestro mundo interior.

El amor siempre sobre la técnica, querido Sadhaka, nunca fallaremos si lo hacemos así.

Si te apetece practicar con este objetivo, te veo en la Sala de Práctica.


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